Macarrones con
queso podrido es Ana María Escallón
Cuando una obra de arte es original, auténtica y corresponde
a su tiempo, con la virtud de un constructo técnico y gestual,
mira de frente y desde la conciencia colectiva se proyecta; tiene vida
propia: ni de su autor depende y mucho menos de una tendencia curatorial,
que se hunde en el pantano de su entelequia.
Entelequia de una semilla malograda en su obsesión; ciega en
su supuesta visión -ella será la que no tendrá
historia-; enana en el tamaño que pretende su crítica;
desalmada en su supuesta sensibilidad. Esto es Ana María Escallón.
Un artículo sin argumentos, carente de discurso y estética,
deja muy mal parada a la autora y muy bien al artista referido: el lector
se preguntará... ¿Que será esto que dejo a ésta
arrogante ahogarse en su propio vómito?...
Ángel Loochkartt hace mucho que ya es parte del arte colombiano.
El Ángel de Loochkartt desde lo alto ve a la minúscula
y mal encarada Ana María...es uno de los personajes de su obra:
una mal sentada más...
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