El método castro-chavista para combatir la amenaza castro-chavista

 

-El nivelar por lo bajo
-El que saber embrutecer se traduzca en saber dominar
-El fervor doctrinal sobre la lógica y el sentido común
-El diseminar humo negro para confundirlo todo
-El repetir falsedades de cajón hasta convertirlas en verdades
-El calumniar oportunamente, con fines politiqueros
-El sacar de contexto los hechos según convenga
-El tono de sacristán-caudillista para reunir el rebaño
-El hacer ley la voz del líder y más cuando se equivoque
-El crear el fantasma de un enemigo externo
-El argumentar que todo se hace por el bien del pueblo
-El hacer del pueblo un símbolo para abusar en su nombre
-El hacerse la víctima, el que ha sido traicionado y es amenazado
-El encumbrar una moral de facto sobre la razón ética
-El destacar un fin superior sobre los medios
-El hacer del estado de derecho un plasma maleable a la doctrina
-El expiar como base y método de tener el control
-El hacer del informante un profesional en red
-El restringir la libertad de pensamiento y libre determinación
-El remplazar los derechos concretos por otro colectivo abstracto
-El disolver la línea divisoria entre lo militar y lo civil
-El aglutinar los poderes públicos en el único líder
-El reemplazar la ley por la autoridad
-El hacer del opositor el enemigo publico
-El cosificar la democracia, volverla una moneda negociable y de bolsillo
-El ejercicio de todas las formas de lucha (el enmascaramiento, la manipulación, el encubrimiento, el miedo, la amenaza)


Estos postulados son comodín en el juego del poder populista. El populismo ya sea de izquierda o derecha coincide en los mismos métodos.


El castro-chavismo ha demostrado que su estrategia ha sido efectiva y el uribismo la réplica en su favor, confiando en la ingenuidad, falta de reflexión y profundidad intelectiva y claro… en el arrastre mesiánico de su líder.


Álvaro Uribe se parece cada día más a Hugo Chávez e irónicamente, el que está salvando para la historia lo positivo de sus dos periodos, es el hoy su enemigo, Juan Manuel Santos.


Con el despliegue histriónico de culebrero paisa y hábil titiritero, –pues este O.I.Z. aparece sentado en sus rodillas-, Álvaro Uribe entierra para la historia su imagen, la cambia por la de un lúgubre caudillo latinoamericano.